¿Sabías que existe una relación entre la piel y nuestro intestino? Así es! Por eso los probióticos, actores clave en la mantención del equilibrio de la microbiota intestinal, también aportan salud a nuestra piel.

¿Cómo se relacionan el intestino y la piel?

El “eje intestino-piel” funciona de la siguiente manera: la microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, levaduras) que habita nuestro organismo, tiene un rol protector en la pared intestinal, permitiendo el paso de nutrientes a la sangre. Al mismo tiempo, es una barrera ante alérgenos o toxinas, que pueden afectar el estado y salud de la piel.

Cuando hay menos variedad y/o cantidad de bacterias beneficiosas en nuestra microbiota intestinal, (cuando se pierde su equilibrio) la piel puede hacerse más vulnerable.

La importancia de una microbiota en equilibrio

Un intestino inflamado es un intestino permeable que puede dejar pasar, a través de su mucosa, sustancias y subproductos tóxicos que alteran nuestro sistema inmune. Un intestino inflamado también, afecta la síntesis de hormonas responsables de cambios de humor y estados de ánimo e igualmente la producción de toxina bioactivas,  como los cresoles que inducen daños en la piel y mayor reactividad de sus células ante procesos alérgicos.

Los Probióticos ayudan a reestablecer el equilibrio saludable de los microorganismos que habitan en nuestro eje intestino-piel. Por lo tanto, es un factor clave que puede disminuir el envejecimiento prematuro o ciertas enfermedades en nuestra piel como la dermatitis, psoriasis y eczemas.

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