Mito 1: Los omega-3 sólo favorecen la salud del corazón
La asociación entre los Omega-3 y la salud cardiovascular tiene un amplio y reconocido respaldo, no obstante esto representa sólo la punta del iceberg respecto a todos beneficios para la salud incluyendo el apoyo al cerebro, ojos, articulaciones y más.
En lo que se refiere a los ojos, el DHA desempeña un papel muy importante en la salud y la función de la retina. Además de contribuir en gran medida al desarrollo de la visión en los bebés, el DHA es la razón por la que se puede ver (y procesar lo que se ve) con claridad, y ayuda a mantener esta agudeza visual óptima a lo largo de toda la vida. Los Omega-3 también combaten la sequedad ocular, mejorando los síntomas y signos del ojo seco.
Dado que los ojos y el cerebro trabajan juntos, no debería sorprender que los Omega-3 (el DHA especialmente) promuevan la función cognitiva de diversas maneras. El DHA está involucrado en procesos de neuroprotección, control de respuestas inflamatorias, apoyo a la memoria de trabajo, el aprendizaje verbal y la agudeza mental.
Además, los omega-3 contribuyen a la salud musculoesquelética, a la movilidad de las articulaciones e incluso a una longevidad saludable.
Mito 2: Las personas sanas no necesitan preocuparse por sus Omega-3
No importa quién seas o cómo te encuentres de salud, debes asegurarte de que estás consumiendo suficientes Omega-3 a diario para apoyar la salud de todo tu cuerpo (ya viste la larga lista de beneficios que aportan los Omega-3, ¿verdad?).
Estadísticamente hablando, es probable que necesites más EPA y DHA en tu vida, a menos que estés comiendo salmón o atún un mínimo de tres veces por semana o ya estés tomando un suplemento diario de Omega-3 de alta calidad.
Mito 3: El aceite de pescado adelgaza o fluidifica la sangre
Hace décadas, se estableció una interacción entre los Omega-3 y las plaquetas (células de la sangre responsables de la coagulación), donde los ácidos grasos Omega-3, podrían reducir la formación de coágulos. En este marco, hubo una alerta por la capacidad de adelgazamiento de la sangre por parte del aceite de pescado y se generalizó a todas las dosis y condiciones.
Un rápido vistazo al conjunto de investigaciones epidemiológicas, ensayos clínicos, revisiones sistemáticas y meta-análisis publicados los últimos 30 años, demuestra que no existe un mayor riesgo de hemorragia cuando personas sanas, sin tratamiento anticoagulante, consumen una cantidad diaria que varia desde los 500 miligramos de EPA + DHA a 10 gramos (¡10.000 miligramos!)”. Así que, ahí lo tienes: En dosis de 1 gramo de EPA más DHA al día, este mito es, bueno, un mito.
Mito 4: Los veganos y los vegetarianos no pueden obtener omega-3 si no comen pescado
Hay tres Omega-3 principales: ALA (ácido alfa-linolénico), EPA y DHA. Éstos últimos, EPA y DHA, cuentan con múltiples publicaciones científicas que avalan sus propiedades, pues corresponden a los ácidos grasos omega-3 funcionales y se encuentran principalmente en el pescado.
La buena noticia es que no es imposible aumentar tu consumo de Omega-3 funcional, aún cuando seas vegano, vegetariano o incluso no te guste comer pescado.
Los peces obtienen su EPA y DHA de las algas, y nosotros podemos hacer lo mismo.
Aún cuando los aceites derivados de algas / microalgas suelen contener mayores niveles de DHA, el organismo detecta este mayor aporte y es capaz de convertir parte de ese DHA a EPA.
Por su parte, el ALA que se encuentra en las plantas, puede convertirse en EPA y DHA, pero el proceso es extremadamente ineficiente y variable. En este aspecto, incluir semillas de linaza, chía, nueces y otros productos similares, puede constituir un aporte de ALA pero como ya sabes, no será suficiente para un apropiado aporte de DHA o EPA.
Aumentar la ingesta de alimentos con Omega-3 e introducir un suplemento de Omega-3 vegano en tu rutina diaria, es una buena manera de satisfacer tus necesidades de Omega-3.
Mito 5: Todos los suplementos de omega-3 son iguales
Si los otros mitos te han animado a empezar a comprar un suplemento de Omega-3, prepárate para investigar a fondo y leer muchas etiquetas. Aunque hay una gran cantidad de suplementos de Omega-3 en el mercado, es fundamental utilizar un producto que sea realmente de alta calidad y que garantice un aporte apropiado de EPA y DHA.
Te recomendamos buscar una fuente de Omega-3 certificada que avale: pureza, sea trazable en su origen, sustentable y que se aporte una dosis apropiada (es decir, que sume 1.000 mg o más de EPA + DHA por porción).
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