Si bien a menudo pasamos por alto los detalles más pequeños de nuestra dieta diaria, hay un nutriente que merece nuestra atención: el magnesio. Este mineral, que a menudo se encuentra en las sombras de sus contrapartes más famosas como el calcio y el hierro, en realidad desempeña un papel clave en una serie de procesos fundamentales en nuestro organismo.
El magnesio es un jugador multifacético que opera en todos nuestros órganos: desde el hígado hasta el sistema cardiovascular, pasando por el sistema nervioso, muscular y óseo. Su papel es tan crucial que se le considera un nutriente esencial, lo que significa que debe ser suministrado de manera regular para alcanzar la cantidad recomendada de 300 mg por día en adultos. Pero aquí es donde se pone interesante: no es suficiente simplemente saber cuánto magnesio necesitamos, sino también cómo asegurarnos de que nuestro cuerpo pueda absorberlo y utilizarlo eficazmente.
¿Quiénes deberían considerar la suplementación de magnesio?
Múltiples grupos de personas podrían beneficiarse particularmente de la suplementación de magnesio:
- Deportistas activos: El magnesio es un aliado clave para la producción de energía y la síntesis de proteínas. Los niveles de magnesio pueden disminuir durante el ejercicio, lo que hace que la suplementación sea especialmente beneficiosa para mantener una función muscular óptima.
- Adultos mayores: A medida que envejecemos, nuestro cuerpo puede absorber menos magnesio en el intestino y excretar más a través de la orina. Esto hace que los adultos mayores sean más propensos a la deficiencia crónica de magnesio, lo que puede tener un impacto negativo en su salud en general.
- Personas que consumen alcohol: El alcohol puede afectar la absorción intestinal de magnesio y promover su pérdida a través de la orina. Aquellos que beben alcohol con frecuencia pueden considerar la suplementación para compensar esta pérdida.
- Usuarios de ciertos medicamentos: Medicamentos como diuréticos o inhibidores de la bomba de protones pueden interferir con la absorción de magnesio. Si estás tomando alguno de estos medicamentos, la suplementación podría ser beneficiosa.
Una Dieta occidental deficiente en Magnesio
Si crees que estás exento de una posible deficiencia de magnesio, podrías sorprenderte al descubrir que la dieta occidental moderna, caracterizada por el uso de agua desmineralizada, alimentos procesados y prácticas agrícolas que empobrecen el contenido de magnesio en el suelo, podría dejarte en riesgo.
Las estadísticas no mienten: en España, el 75% de la población no alcanza las ingestas recomendadas de magnesio. En Estados Unidos, la situación no es muy diferente, con ingestas que a menudo son solo el 30% al 50% de la cantidad diaria recomendada.
En resumen, el magnesio merece ser el centro de atención en nuestra búsqueda de una salud óptima. Desde su papel en la producción de energía hasta su influencia en la función muscular y más allá, este mineral modesto pero vital merece un lugar destacado en nuestra dieta y atención diaria.
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El magnesio quelado con citrato presenta una alta biodisponibilidad y excelente tolerancia.
La forma activa de la vitamina D estimula la absorción de Magnesio, y el Magnesio actúa como cofactor para la síntesis de la forma activa de la vitamina D. Esto último genera un círculo virtuoso que contribuye al metabolismo óseo.
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